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Preeclampsia: trasfondo

Implicaciones

La PE es una de las causas principales de muerte y minusvalía materna y perinatal. Más de 50.000 muertes maternas se atribuyen a la PE cada año. Las complicaciones más graves que pueden conducir a la muerte materna son la eclampsia (convulsiones o coma en una mujer con PE), hemorragia cerebral o ictus, coagulación intravascular diseminada (CID) y síndrome HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y plaquetopenia). Otras complicaciones graves incluyen edema cerebral, ceguera, fallo renal, fallo hepático o edema pulmonar.

La PE se asocia con una disminución del flujo sanguíneo a la placenta con la consecuente restricción del crecimiento, oxigenación y aumento de riesgo de muerte intraútero. Una proporción importante de mujeres con PE requieren un parto prematuro por causas maternas y/o fetales, y por tanto los recién nacidos están también sujetos a los riesgos asociados a la prematuridad. Estos incluyen: muerte neonatal, hemorragia cerebral, convulsiones, dificultades respiratorias y alimenticias, ictericia, retinopatía y hospitalización prolongada. La PE y la eclampsia están implicadas en alrededor de un 25% de las muertes intraútero y muertes neonatales y en un 15% de los neonatos con crecimiento restringido.

El riesgo de resultados adversos para la madre y el feto/ recién nacido es mucho mayor en la PE pretérmino que en la PE a término.

Problemas a largo plazo

Las mujeres que desarrollan PE, comparadas con las que no la desarrollan, tienen el doble de riesgo a lo largo de su vida de padecer enfermedad cardiovascular (ECV), incluyendo hipertensión, enfermedad coronaria, infarto de miocardio y muerte por ECV. No está claro si esta asociación se debe a que la PE causa daños vasculares que a largo plazo derivan en ECV o, más probablemente, a que en las mujeres que padecerán ECV en un futuro, el embarazo propiciaría el desarrollo de PE.

Los niños expuestos a PE, comparados con los nacidos tras un embarazo normal, tienen el doble de riesgo de parálisis cerebral debido a prematuridad, restricción del crecimiento o ambos. De igual forma, los niños y adultos jóvenes expuestos a PE presentan mayor presión arterial e índice de masa corporal comparados con aquellos nacidos de embarazos normales, además de un aumento de riesgo de ECV y diabetes en la edad adulta.